El camino sinuoso
lleva a la pequeña cueva
la oscuridad en ella
nos protege de la fiera.
Una vez dentro de ese hueco
nuestros corazones laten lento
pero no vemos el firmamento
pieza fundamental
para encontrar lo nuestro.
Y es que en ese camino andado
hemos luchado por encontrar
una respuesta del otro lado
para darle sentido a nuestro canto.
Ese canto mañanero
al tiempo, ideas despierta
y a veces enigmas encierra
hasta el sol darle la vuelta.
Finalmente, la luz llega
salimos de esa estrecha cueva
otra oportunidad pequeña nos da
para nuestro propósito encontrar.