Entrelazando morfemas
entre tejiendo historias.
El alba se espabila; vanidosa y apetecible,
y los paisajes acariciados por el sol,
hacen amor,
seduciéndome con la vida
aunque solo ayer al dormir, en difusos sueños,
prometí mi ser a la muerte.
Lo sé...
La incoherencia profanando mis letras;
mientras mi mente se aleja,
a las profundidades del universo.
Donde se expanden los gritos en susurros;
lo inmenso en pequeñeces,
tal cual partículas de polvos
se forman las dudas
y las certezas de cada ser:
Afanados en desairar su humanidad,
este regalo bendito o quizás maldito
que lamentamos y agradecemos por igual.
En el bajo fondo de las raíces
o en las altura de los rascacielos;
matizados con la ficción
y abortados en la realidad,
sobrevuela el fuselaje de la imaginación
sin aterrizaje seguro,
sin torres de control,
que lo hagan descender
o quizás ascender:
a los oasis de la mente.
Habitamos cuerpo ya sin almas.
almas descuidadas
de cuerpos con arrugas
y color gris opaco en los cabellos
en la primavera de la juventud...
Dónde guardo huesos
de cadáveres
que un día fueron ilusiones.
Los inviernos de mi vida
nunca ceden el paso
a los tímidos rayos del sol.
Dónde la desidia un día
fue una hermosa primavera.
Hace frío y la voz que se disfraza de ella
agita los miedos y los vuelve míos.
Más allá de la realidad
descansa mi cabeza
en un ángulo extraño.
Mientras sigo entrelazado morfemas;
absurdas historias que no entenderé
hasta que un día
sean fieles conceptos lógicos
que me guien en las tinieblas de este mundo.
tan hermoso como cruel.