El Pecado Original
Tus ojos son los más bellos,
como un puñado de estrellas
entre las más lejanas y bellas,
me deslumbran con sus destellos
y me sueño sujetando tus cabellos,
acariciando tu hermosa figura
tan firme como una escultura,
soy amoroso y dulce como la miel,
este fervor no podría ser infiel
mientras esté abrazado a tu cintura.
Me ha traicionado la subjetividad
de mi corazón que se vuelve loco
amándote despacio y poco a poco,
tus pechos bailan con la gravedad,
y sentís dentro de vos, la intensidad
que te posee, llegando a estremecer
tu cuerpo en el regazo del placer,
en tu pensamiento se reproduce
el pecado original que te consume
y en la copula se nos llego el amanecer.