Red Bull
Paso a paso voy caminando la banqueta, por momentos bajo a la calle; a lo lejos veo una figura parecida a la mía, solo que tiene más grandes las tetas y los glúteos duros; sigo caminando, ahora empiezo a sudar y mi respiración está agitada, me digo: \"deben ser las 12:34, pa\' la madre, hacen un calor infernal\".
Me detengo, observo mi celular y rectifico la hora, no es la misma hora. La figura se sigue acercando, miro con detenimiento sus prominentes y nada anunciadas caderas. \"Tal ves me tache de pervertido, pero es que es muy atractiva y no puedo dejar de verla, mejor sigo caminando\" me digo. Cuando nos cruzamos, nos saludamos con el poco tradicional buenas tardes; sin embargo, noté que la conocía por su sonrisa mientras mostraba los dientes, blancos por cierto. Y noté otra cosa más, que no eran unos pechos grandes, si redondos, pero no grandes. Y noté otra cosa aún más inquietante pero no perturbadora (ya que seguía caminando), que sus glúteos, aparentemente, no eran descomunales; empero, si tenía unas pequeñas pero notorias caderas. Lo que no me atrapó fueron sus ojos oscuros, negros como el universo que quiero descubrir y conquistar, negros como un americano combinado con fluoxetina que me hace soñar y soñar y no dormir; no, eso no me atrapó. Llegando a casa, me pusé a fantasear y me tomé un red bull.