Y sí, todo se resume a dos palabras: te quiero.
Y te quiero como nunca podré amar a nadie.
Es sólo la sombra de mi pasado,
que me prohíbe decírtelo;
de poder verte y expresarlo como quería.
Pero no te culpo a ti,
me culpo a mí, por no decirlo,
pero quiero que sepas que
en lo más profundo de mi corazón, lo siento.
Y si te lo dijera hoy,
ya no sería lo más que quisiera en el mundo,
me gustaría tenerte siempre,
entre mis brazos, mirando tus ojos,
besando tus labios, sintiendo en mi ser,
todo lo que por ti de verdad siento.
Te he querido, te quiero y te querré siempre,
aún y cuando no estás hoy conmigo.
Hay decisiones que he tomado,
y de las cuales me arrepentiré siempre.
Y la mayor de ellas,
sin dudarlo ni un segundo,
es haberte dejado sin haberlo querido.
y no haberte dicho: Te amo.