KEREN FELIZ

YA SOY MUJER

¡YA SOY MUJER!

 

Una madre angustiada

observaba el equipaje

que contenía el ropaje

de su niña más mimada.

Con un nudo en la garganta,

con la voz ya quebrantada,

con fuerza la sujetaba

y apretaba contra el pecho,

su partida ya era un hecho,

situación que no aceptaba.

 

Ella no quería entender

que los años de infancia

pasan rápido y sin pausa

dejando atrás la ignorancia.

Ella no quería ver

que su niña había crecido

y que habíase convertido

en una hermosa mujer,

la cual por primera vez

le dijo bien merecido:

 

Madre escucha por favor

lo que yo quiero decirte

no es mi intención herirte

ni causarte más dolor.

Pero tienes que saber

que no soy más una niña,

que el amargo de la piña

he degustado beber

y los dulces de la miel

han florecido en mi viña.

 

Sé que quieres evitar

que cometa mil locuras

y que ruede en amarguras

que me puedan lastimar.

Pero debes recordar

que he de gastar mis suelas;

sin puentes, sin escaleras

la experiencia ha de llegar,

que para ganar mis canas

mis pies deben caminar.

 

Madre mía, buena amiga,

compañera en mis dolores,

no te llenes de temores

que te causen agonía.

De los sabios y de los viejos

me inculcaste altos valores,

con trabajo e instrucción

arreaste mi barca lejos,

nunca he de fracasar

si practico tus consejos.

 

Madre e hija se miraron

con la más viva emoción

y en un solo corazón

sus lágrimas aunaron.

La madre con añoranza

le impartió su bendición

y elevando una oración

pidió a Dios con esperanza,

su futuro y su presente

él guíe con protección.