Escribiré mi último poema
sobre la arena del desierto,
de las tormentas presa,
con mil años en el rostro
y ese peso progresando
hacia su tan celebrado final.
Puedo esperar mucho más,
pero no me vas a soportar
a las puertas golpeando
con rimas como cataratas,
con vidas a la espalda
y muchos proyectos en mente,
con ganas de asaltar la banca
y salir airoso. Sorpréndeme.
He sufrido tantos golpes
que desafía mi razón.
Soy un hombre solo en la zona
del sopor.
Cómo negarlo,
que este barco en su naufragio
es más grande.
Ay,
la de compañeros que he perdido
en la batalla,
amigos míos desde la infancia
hundidos en este mar ingobernable...
Voy a dar el paso
hacia adelante,
a callar a la muerte,
voy a hacer lo más fácil
para salir de este encierro
en este alma de hielo.
Miradme en la cima
contemplando como caen
mis enemigos
en una trampa mortal,
vencidos los miedos
dan vuelta atrás.