Cuento para mi querida nieta Cibel.
Miraba a través de un inmenso ventanal como lentamente el cielo se empezaba a cubrir de blancos algodones jóvenes, quienes, tomaban las múltiples formas, que, según nuestro cerebro, dibujaba.
En un momento una bella nube tomó la forma de mujer, y con los brazos extendidos comenzó a desplazarse muy rápidamente y en forma difusa otra bella nube, comenzó a transformarse en una preciosa niña, que también con sus brazos extendidos empezó a correr hacia la primera, y escuché la palabra más maravillosa del mundo,: “Mamá” y un grito desgarrador cruzó el cielo diciendo: “Hija Mía” ,…., así se siguieron acercando hasta fundirse en una sola nube que sobresalía sobre las demás, sus ojos se humedecieron y luego se inundaron de lágrimas, derramándose esas lágrimas sobre la bulliciosa ciudad.
Y ¿sabes?, me acordé de mi querida madre que decidió partir junto a Dios a hace muchos, pero muchos años. Y no pude evitar acordarme de tu madre, que daría su vida por mantener la tuya.
Con todo mi amor a mi nieta Cibel
Jorge Fontanero
12 de abril de 2022