Vuelves a rodar en mis pensamientos,
soberbio y volátil avanzas bajo mi piel
para ser eterno.
La tinta espesa del pecho te inmortaliza
escurriendo en sangre que derrama
mi corazón errante.
Donde en soledad tu historia de hombre será escrita bajo una densa constelación.
Podrás mirar las montañas, el mar por la ventana, y a este amante imperfecto, que te piensa.