Décimas Espinelas
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Escupido de su cielo
y enredado en las entrañas
de su mundo y de sus mañas
por qué no se quitó el velo.
Hace años inició en vuelo
la conquista de su mundo
siendo un tipo muy fecundo
o al menos eso creía,
pero de verdad mentía
... era un tipo moribundo.
Renegaba de su esencia
y escribía veleidades
que expresaban vanidades
de un poeta sin conciencia.
Su destino sin presencia
le impide ver la verdad
menos la realidad
de una vida que envejece.
No se da cuenta, decrece,
no tiene felicidad.
Hasta Cronos ya se cansa
esperando a que reaccione,
que en su vida al fin detone
esa barquilla tan gansa
que en frío formol descansa
sin encontrar el motivo,
de un universo que esquivo
le persigue cual jauría
y arrebata su alegría
haciéndolo un ser nocivo.
Con vino tinto en la mano
y versos sobre la hoja,
esos labios él se moja
pero se siente marrano.
Se define buen cristiano
pero un pecado hoy comete,
es viejo palo trinquete
que no verá más la luz.
Actúa como avestruz
y al destino no acomete.
¿Y esa noche olvidará?
Eso ni el mismo lo sabe
otra luna cual jarabe
cree que lo sanará.
A su mujer besará
mientras mira las estrellas,
nadie duda ambas son bellas
pero ha de escoger solo a una:
quién será ¿o tú o ninguna?...
lo pregunta a las centellas.
Así acaba un día soso
recluido en su blanca cama
acostado con quién ama,
viendo el futuro brumoso.
Seguir con \'la otra\' es morboso
y aunque guapa es la criatura
el cerrar la cuadratura
del círculo de su vida
tenga o no la fe perdida
es la más sana locura.
Su decisión fue correcta
y el sofocón se apagó
el amor al fin fraguó
con \'ella\' de hija dilecta.
Tiene su barquilla erecta
y la cabeza en su sitio
olvida hoy el maleficio
que \'la otra\' a él le produjo,
la locura es todo un lujo
que se confunde con vicio.
Todo acaba cuando empieza
... nunca tientes la cabeza.
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Un beso y una flor
Alfredo Daniel Lopez
Barcelona, España... abril de 2022