Caos en la ciudad
Duerme
mujercita de mis ensueños…
Cierra tus azulinos ojos.
La Bóveda Celeste
muestra inquietud
por la oscuridad reinante
en la bulliciosa ciudad.
Incompetente, la luna
completa es en sombra
y opacas se muestran los astros
como represalia
por el intenso brillo de tu mirada.
Duerme
mujercita de mis ideales…
Silencia tu angelical voz.
Criaturas nocturnas,
atriles e instrumentos en mano
ordenadas están en el proscenio,
mas no interpretarán
partitura alguna
si no acallas
las estrofas melodiosas
que entonas,
al imaginarte
montada en el lomo
de tu Pegaso.
Regresa y duerme
mujercita de mis desvelos…
La velada nocturna
con sus cantos, luces,
pasarelas y coreografías,
retrasada está,
pues tu esbelto cuerpo
disimulado aún bajo
austero traje,
desconcentra y genera caos
en la concurrencia.
Duerme
mujercita de mis delirios…
Avanzada es la noche.
Si prolongares tu despertar,
el sol se mantendrá en poniente
hasta que no vea el reflejo
de tus cabellos oro
en el rocío de la mañana.
***
Despierta
mujercita perezosa.
Vístete de ropajes mágicos
y ponte las esmeraldas y rubíes
que orlan tu fino cuello.
Se acercan las avecillas
con sus laudes,
flautas y arpas canoras
a entonar arpegios matinales.
Cuidado si no te ven reclinada
en la baranda del balcón
con tu acostumbrada
silueta principesca
y se marchen apesadumbradas.
Aprisa añorada mujercita…
Adorna tus dilatadas pupilas
con el arco iris
de la mañana.
Se escucha venir el día
con sus ajetreos, romances,
fábulas e insondables misterios.
Preparada debes estar
como estrella
próxima a desfilar
por la alfombra roja.
***
¡Oh mujercita
que obnubilas mi mente!...
Comprende:
El Universo debe seguir
su evolución.
r.c.
2010