Llegas de la nada y me invitas a bailar,
Bajó ese ritmo lento, me haces olvidar,
Y Compás tras compás empiezo a soltar
Todo eso que ya no puedo cargar.
Te acarició, como un amante a su mujer,
Me sonríes como diciendo que no te voy a perder,
Que tu siempre estarás para mi aunque no te vea,
Serás ese recuerdo que libre se pasea,
Y solo sale cuando uno mas lo necesita,
Como el mantra de aquel monje que recita,
Cuando sus temores le hacen una visita.
Así eres tu, siempre esperando a salir,
Para hacerme reír, llorar y volver a empezar,
Cuando el mundo falla tu vuelves a mi,
Y me haces entender que yo no te perdí,
Solo te deje porque tenia compañía.