Pluma de Fuego

Hijos

Hijos amados,

vosotros los que Dios me ha dado

la dicha de tener;

como no os he de querer,

incluso antes de nacer

os he anhelado;

siempre que me es posible,

os regalo helado.

 

Al nacer os he cargado,

atendido y cuidado,

grandes momentos y alegrías,

me habeis brindado.

Cuando comenzasteis a gatear,

al asiros vuestras manos

en vuestros primeros pasos al andar.

 

Recien comenzais vuestro camino,

en esta vida a transitar,

desde el primer Agu gu,

hasta el último suspiro,

espero que la dicha os acompañe,

que nada vuestra honorable reputación empañe.

 

Confiad en Dios y el os guiará

y recordad mis palabras,

lo dice Erwin, vuestro papá.

 

Que siempre os amará

y con los más hermosos recuerdos de vosotros;

algún día al cielo partirá.