Francisco Villa

A la piedra en mi zapato

Pequeña piedra en el zapato,
que punza y hiere,
       punza y hiere 
más profundo,
como el embate de un escorpión:
                     Mil agujas hirvientes,
centradas en un punto.

¿Quién te ha dado ese poder?
Lo tienes,
     lo sabes, 
          lo aprovechas,
             tan trivial y tan dañina.

No se ve pero es palpable:
allí estás, 
en tu oscura madriguera,
abusando del lugar
donde un giro insospechado
te fue a poner.

Y donde yo,
en mi grato sufrimiento,
te conservo.