Roberto Bardecio Olivera

\"DIARIO DE VIVENCIAS DE MI PRIMER INTENTO DE LLEGAR A LA ANTÁRTIDA\" (Capítulo 4)

     

  Octavo Día de Navegación

                 (12/3/1991)

 

“RUMBO A USHUAIA”

 

   Siendo la una y quince de la madrugada estamos por entrar al Canal de Brecknock, ya casi saliendo del Océano Pacífico.

   A nuestra izquierda, de acuerdo a nuestro rumbo de navegación, se encuentra Tierra del Fuego, a nuestra derecha la Cordillera de los Andes, aún en aguas territoriales chilenas.

   Después de transcurrir varias horas de la madrugada, donde el “Comandante Pedro Campbell” debido a las corrientes del Pacífico se movió mucho, amanecimos ya cruzando los Canales Fueguinos, los que, a pesar de la niebla, pudimos apreciar, lográndonos embelesar.

   El paisaje nevado de la cordillera, los ventisqueros glaciares y los arcoíris que parecían emerger de las propias aguas fueguinas, llegan a emocionarnos hasta las lágrimas, haciéndonos sentir pequeñas partículas de nada ante la grandeza de la Creación.

   11 y 30 horas: Entramos por fin al Canal del Beagle, (compartido por Chile y Argentina) y nos dirigimos, alumbrados por un hermoso y brillante sol, hacia Ushuaia, donde nos aguardan varias revisiones y arreglos en la maquinaria del buque.

   16 horas: Llegamos al Puerto de Ushuaia acompañados por una lancha clase jaguar de la Armada Argentina, llamada “Indómita”.

   ¿Cuántos días nos quedaremos aquí…?

 

Noveno Día de Navegación

          (13/3/1991)

 

“EN USHUAIA”

 

  Levantarse, salir a la cubierta del buque y dejarse embriagar por el paisaje que nos regala la ciudad de Ushuaia, la más austral del mundo, resulta para todos aquellos que tenemos la suerte de experimentarlo, un espectáculo maravilloso, digno escenario para el romance y los sueños.

   Ver los montes con sus cumbres permanentemente nevadas resulta sencillamente cautivador, pues ellos están dando el marco perfecto a una ciudad que le rinde pleitesía a la obra de Nuestro Señor, sabedora que nada ni nadie podrá superar jamás.

   Ushuaia, con alrededor de treinta y cinco mil habitantes, que día a día deben abandonarla buscando un mejor futuro económico, cobija y deslumbra a todos los que integramos esta nueva aventura antártica, un puñado de uruguayos que hemos aprendido a convivir a bordo del ROU 24 “Comandante Pedro Campbell”.

 

   Continuará…

 

   Roberto Bardecio Olivera

           (Marzo de 1991)