De donde salen mis versos.
Me ciega tanta luz cuando abre el día
que abonanzar mis ojos, ya no puedo
apaciguo la noche, me precedo
esta mortal ceguera solo mía.
Pernocto tantas horas, que diría
que vivo del revés por ser mi credo
crepúsculo infinito donde enredo
mi designio, gozado de alegría.
Sacando de mi mente tantas letras
me dan para trazar los versos míos
manantiales de rimas que interpretas.
Y fluyen de corrientes como ríos
para llegar a mares con sus tretas
y si, a veces, me dan escalofríos.