En la noche oscura
bajo una tenue luz de Luna
veo tu sombra que me envuelve
en un manto de ternura
inmóvil, quieto, sedado quedo,
por fugaz espectro,
que de tu cuerpo
solo imaginarlo puedo.
Una hermosa figura,
al estilo de silueta,
vaga por el ambiente
haciendo sensuales piruetas
que a mi mente de repente,
dejaron inconsciente.
Intento tocarte, lo logro,
intento asirte, pero fracaso,
eres solo una sombra,
que solo consigo tocar en el ocaso.
Asirte quiero en el día,
abrazarte hasta el ocaso,
tocarte por las noches,
y no soltarte jamás.
Despertar con la esperanza,
de que no te has desvanecido,
y hubieses reposado,
a mi cuerpo adherida,
desnuda entre mis brazos.
Sanando en mi la herida,
que llevaba en el corazón,
dejando si quiera,
una ínfima cicatriz,
por lo cual de el te proclamo Emperatriz.