Átame al deseoso placer de tus caderas, de tus manos, de tus piernas, de esa exorbitante tentación que tienen tus senos que se vuelve mi centro de atracción como en una montaña rusa, sintiéndome el único en ese magnifico paseo de adrenalina y tentación.
Me miran tus ojos y la llamarada de ti se siente tan inocente y tan maquiavélicamente genial, como el cruce de dos ciclones en medio del desierto, se vuelve tan vigoroso, tan explícito, tan natural y tan, pero tan fuego ardiendo que nuestras almas quieren ser quemadas por el.
Vamos a quemarnos, acompáñame a la hoguera y disfrutemos a plenitud de los pecados que esconden nuestros cuerpos sedientos, ilumíname, enséñame el camino a la lujuria, bésame increíblemente deseosa y veras que mis labios te desean igual o mas, llévame a un orgasmo sin tener que desnudarme.
No hay ley, la única ley esta impuesta por nosotros, escrita y empuñada en nuestra piel marcada, mi cuerpo admite estar hambriento y tu eres el plato principal, eres tu el postre exquisito que mi boca quiere devorar.
Henry Ruiz
15 DE ABRIL 2022
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