Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
¡Haggggggggg! ¡Cuánto duele!
Parece estallar el pecho
Una explosión desde la entraña
Que arranca el quejido lastimero
Al penetrar en la retina, esa imagen
Tan horrorosa, inconcebible
Del hombre comiéndose al hombre
De verlo como se atraganta con su sangre
En la traición repetitiva
Agazapado, acechando
Mostrándose en una mano, la belleza
De promesas paradisiacas
Espejismos obnubiladores de la razón
Que ciegan ante la verdad del odio
En el sacrificio de la verdad
Convertidos en los recipiendarios
De la miseria, el hambre y la muerte,
Del hermoso Caín, de la palabra hermosa
Hueca, falsa, predadora del Hijo del Hombre
¡Haaaagggg!!! ¡Cuánto duele!
Ser la víctima sisíficamente milenaria
Incapaz de aprender y corregir
Resignado al eterno:
¡Padre, por qué me has abandonado!
Sin reconocer que nosotros abandonamos
El libre albedrío por la comodidad
Inexistente y que nos crucifica
Crucifica a nuestros hijos
En cada guerra de carniceros contra naciones
De carniceros contra sus pueblos
Sembradores de muertos-vivos
¡Haaaaggggg! ¡Cuánto duele vernos
clavados en esa Cruz,
sin la esperanza de liberarnos con la muerte!
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 15 de abril de 2022