No le Preguntes a Dios. ¿Por qué se lo ha llevado?
Freddy Rincón, su padre, el Señor, lo ha llamado.
Sin ostentosos trajes, reveló, siempre, su humildad,
Obedeció, a su amada madre, dejando, la vanidad.
Muchos preguntaron… ¿quién es aquel, y de dónde?
Y con bello gol de galleta, un tiro histórico, responde.
Con la euforia del triunfo, alegra, la violenta tribuna.
El Coloso, ha rematado, una jugada como ninguna.
Uno ochenta y ocho, qué magnífica, estatura.
Gran atleta, estratega, de gran envergadura.
En su casa, la galleta negra, la cuca, eran su delicia.
En la cancha, los goles atinados, siempre, su pericia.
Ha hecho cantar con mucho fervor, muchos estadios,
Y tribunas, enmudecidas por los aplausos y estallidos.
Llega lo inevitable, la más intensa, exaltación.
Su autógrafo, su firma. La de un gran campeón.
Y quedó, plasmada, con su talento y su risa dada.
...Y en nuestros corazones, siempre será recordada.