Antonio Miguel Reyes

De pintor me hice poeta (Espinelas)

 

De pintor me hice poeta (Espinelas)

 

 

De pintor me hice poeta

cuando su imagen pintaba

con ternura la miraba

y olvidaba la paleta.

Agarrando mi maleta

me dirigí hacia la noche

sin poner ningún reproche

aceptó mi cambalache

y pasado ese gran bache

empezaba mi derroche.

 

Al dibujar su belleza

las letras llegaban solas

parecieron me las olas

de la mar en su grandeza.

Con la jarra de cerveza

le daba vueltas al coco

todo me sabía a poco

era tanta mi escritura

al describir su figura

que pude volverme loco.

 

Quiero hablar de dos luceros

esos que tengo en mi mente

colocados en su frente

eran grandes y sinceros.

Verla tendida allí en cueros

me supuso regocijo

a mí mismo yo me exijo

contar todas las verdades

de sus grandes cualidades

y todo en lo que me fijo.

 

 

Escribo en mi poesía

todas sus grandes virtudes

lo pongo sin acritudes

pues todo lo poseía.

En sus pechos se veía

despuntar dos montañitas

estaban apretaditas

como dos perlas de Oriente

su estado era tan caliente

que usé las aguas benditas.

 

Al bajar por la ladera

aquel camino curvado

mirando de lado a lado

llegué a la fugaz pradera.

La historia es verdadera

su bosque era muy denso

denso digo, más inmenso

y pintarlo yo no pude

que nunca jamás yo sude

como sudo si lo pienso.

 

Me hice poeta por eso

pintar eso no podía

me pasaba cada día

siempre que pintaba sexo.

Hoy escribo yo este verso

con los aires de un rapsoda

mañana tengo una boda

con la modelo de marras

y nos pondremos las arras

aunque ya no estén de moda.