Un manto de estrellas en la galaxia,
es lo más similar a tu llegada,
con esa espontáneidad desatada,
fue la luz con la que alumbraste mi alma.
Con una complicidad desbordada,
siempre terminaban nuestras platicas,
y como el rocío de la mañana,
tu suave ternura me refrescaba.
Yo decidí quedarme con la gracia,
y olvide la parte donde lloraba,
por ese bello amor que fracasaba.
Hoy solo eres una gran remembranza,
de todo aquello que ansiosa anhelaba,
y con cariño te recuerda mi alma.