Abrazo la fe que había perdido
Abrazo la fe que había perdido.
Me perdí en lugares altos,
Porque oí palabras bonitas,
y fueron dulces a mis oídos
y bajé y nada había,
sólo desolación en mi vida.
Y cuándo fui a ti me di cuenta,
qué sigues conmigo oh gran Dios!!
y miras mis penas,
y sientes mi dolor.
sabias que me perdía,
en mi misma desventura.
-Hija ingrata fui a tus ojos-
la iniquidad me devoraba,
pero tu fidelidad ¡Dios mío!
Tú poderosa mano me sustentaba.
-Infiel yo a mis principios,
Dejé la belleza de tu amor
Por vivir equivocada…
sin tener lo que buscaba.
¡Cuánto amor, hay en ti!
para perdonar la ofensa de mi pecado
Amar es un don divino.
…Pero amar y no ser amada duele…
¿Cuánto amé sin ser amada?
Y hoy regreso herida a tu regazo,
Y no me condenas… ¡Me amas!
Abrazo la fe que había perdido.
Y me quedo a llorar entre tus brazos
de alegría de saber,
¡Cuánto me amas!
Diste por mí tu sangre y tu vida
por mí.
Me fui huyendo de ti…
Pero hoy nos volvemos a encontrar,
Y en este encuentro le das vida a mi vida,
Para no volver a irme nunca más,
Me quedo contigo ¡oh Dios del cielo!
a gozar de tu amor y consuelo…
¡sé qué tú perdón es don del cielo!
Mas Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros. Romanos 5\'8
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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