Mauro Enrique Lopez Z.

Llegué a casa feliz

Llegué a casa, cansado del trabajo 

de madrugada, esperaba que mi 

amada me reciba con alegría   

porque le quería dar una sorpresa; 

la sorpresa la tuve yo, que no estaba.  

Guardé todo lo que traía, tomé 

el descanso pero le puse cerradura 

al la puerta, para que no entrara,

porque desde hace tiempo me lo 

comentaban que cuando salía 

de pesca, ella disfrutaba del dinero 

que le dejaba. Llegó la mañana, 

que sorpresa se llevo cuando 

me vió, hasta borracha estaba 

ya no pudo ocultar sus andazas. 

Hoy se arrepiente, pero ya es tarde 

porque la veo pasando frío 

en la calle, y mi perdón desde 

hace rato lo tiene, pero en mi 

casita desde lejitos estára 

porque no me hace falta.