Mauro Enrique Lopez Z.

Hospital con alegría

En un hospital esperaba que me 

atendieran, llegó una dama conocida,

tomó asiento, me saludo le dije: 

siéntese a mi lado que se verá 

más bonita, cómo se reía, que linda 

noche pasamos, los dolores 

que teníamos se fueron, y hasta 

el doctor le recetó unas cuantas 

pastillitas a ella.

 De vez en cuando le hago una visita, lo bonito es que tenemos una amistad sincera y sencillita.