Un pedazo de madera
de un viejo barco caído,
del mar he recibido
y aun se encuentra mojado.
Mi cuerpo he inclinado
para poder distinguirlo,
por que en la arena,
se hallaba semienterrado.
Y al seguir caminando,
voy pedazos encontrando;
y llego a esta conclusión:
¡Que el mar lo ha vomitado!
Autor: Bernardo Arzate Benítez.