Esto contaba el roble desfondado
Cuando fue destrozado por el rayo
El eco repetía aquel cantar suyo
De sufridos rasgos y apasionado
Para comprender su verdad nos falta
La impronta de unas señales precisas
Definidoras de sus entretelas
Aunque estas circulan por zonas profundas
Si entendemos el sonido del viento
Los quejidos recios de la hojarasca
Y del piar de las aves su encanto
Sabremos que no existen acertijos
Lo esencial se nos muestra claramente
En radical y fundante cobijo.