Ha dejado atrás
tanta gente,
tantas alas rotas
y despojadas,
ojos con rostros
mirando al cielo
y mares de agua salada
llenas de lagrimas.
Ha dejado prisionera
vida y alma,
la pena esparcida
en playas y montañas,
jaulas alborotadas
de heridas y esperanzas
y el dolor de mañanas
que no alcanzan.
Se fue de todo,
dejando muchas huellas,
con un puñado de tierra
en la garganta
y no volvera...
porque ya poco queda.
Solo ausencias sentadas
en una fria sala.