Como todos,
soy producto de eventos fortuitos
que se habrían iniciado hace 14.000 millones de años;
ese ser que no sé dónde se encuentra;
según Heidegger es el del estar ahí,
fuera de uno,
formando parte de la realidad circundante:
existencialismo puro.
Prefiero pensar que la constitución material propia
más las circunstancias del entorno me determinan;
no siempre fue así,
vivía por los dictados de la voluntad,
hoy que me empujo en el hacer,
dudo de todo,
cuando debería tener certezas,
el mundo de las apariencias me engaña;
la minimidad me invade,
fruto de la infinitud
del universo,
de la inteligencia
y lo otro.
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Abandono,
boto el rey.
Lo está por comer la dama.