Prendido en el sol que me baña,
en la sal del alma,
la mar me mira ondulante
y me pregunta.
La mar me procura el abismo
y lo eterno.
Yo, no ansío la eternidad,
yo pienso morir en tus besos,
en el oleaje bravo,
en la espuma blanca
que me lleva a morir en tu bondad.
En tu risa.
En tu cuerpo y en tus caricias,
en el sabor delicioso
que tienen tus ojos al mirar..
la mar, la mar mira y me habla,
la mar me asegura y me propone
un cielo de ¡eternidad!
Pero yo no la quiero.
Yo quiero tu principio y tu fin,
tu alma, yo quiero acabar
con las arrugas de mi felicidad
en los brazos que me llevan a ti,
que me hablan de ti,
que me balancean en sus olas,
y me musitan de verdad, ese principio que es tu eternidad...