Soy consciente De que a la Luna
No la puedo poseer,
No es que no sea capaz de alcanzarla
Es porque la conocí así libre,
Inmortal y apacible.
Siempre me ha acompañado,
En mis noches de insomio si me nota triste,
Se craquela entre las hojas del sauce,
Firme como Guardiana.
Me hace sentir querida, cuidada.
Sé que aveces debe irse de mi porción de cielo,
Y la comprendo, la despido y la espero.
Me conformo con que siga sonriendo
y me quiera como yo le quiero.