En el fondo de este mal la vida pasa,
tiene su cara en mi ventana la Verdad,
la leña en mi espalda que me abrasa
y no soportar mi naufragio con tu beldad.
¡Oh, mi Reina!. Tu reloj fue una ruleta
la burla de los sapos una quimera tocada
en tu hora divina triste, realidad del poeta
con sus sombras aún en juventud helada.
Entre las rosas cuatro veces he muerto,
por no silbar tu flor que me envolvía
de amor, se hizo herida como un desierto.
¡Ciego estuve!, ¡ciego fui!. Sólo letanía
a mi delirio sonoro, sólo estuve abierto
a esos cuatro dolores de mi propia felonía.
(Abril-2.022) NACHO REY