Más noches de desvelo,
tinieblas son su color,
imposible ver el cielo,
y entre amor, recuerdo y celo,
acostarse da temor.
El hipnótico sedante,
contra actúa en su efecto,
impone ser ignorante
al insomnio mal tratante:
castigo y sufrir directo.
Veneno lento y constante
de un tiempo mal construido,
ruinas de un palpitante
en toxicidad frustrante,
ahogo…, en agonía y destruido.
No sé si está viva,
muerta, o feliz con el olvido.
Qué habrá hecho de su vida,
en estas noches sin salida
en las que no he dormido.
Quizás dance de alegría,
cante y ría en su contento,
celebre plena algarabía,
siendo como es de fría
y yo de ella sediento.
Disparó certero aquel día
que secó el jardín del huerto,
herró sin piedad el alma mía
con esa marca que hoy dejaría
dudas… de seguir vivo o muerto.
Si es feliz no le envidiaría,
aunque siga así, solo, enfermo.
No sé hoy donde estaría,
tampoco porqué le amaría,
así…, en las noches que no duermo…