Mis letras van a ti,
como besos alados
arrastrados por el viento.
Mi verbo te envuelve
con su manto oscuro.
Mis labios buscan los tuyos,
mis manos tu piel
y mi corazón tu pecho.
Mis letras se cruzan con
las tuyas y se amarran
entre quejidos de amor,
susurrando un te quiero.
Para apagarse lentamente
en húmedos silencios.
Las horas pasan, la vida sigue
y lo que fue, a sido,
en un vivo recuerdo.