La luna estaba jugando
en su columpio de plata,
el sol la estaba mirando
con su fulgor escarlata;
ella vive suspirando,
fuerte pasión que arrebata;
él la sigue contemplando,
ciega obsesión que lo mata;
esos eternos amantes
mantienen viva esperanza,
siempre, siempre distantes
plena es su mutua confianza:
rosadas ondas vibrantes
difundidas en lontananza...