Tengo claro, que te amo más de lo que imagino, que si hubiera una escala del 1 al mil, pasaría al infinito,
En su momento todo fue color de rosa, hubo un error y me diste condena perpetua,
Me exiliastes de tus sentimientos, llegando al punto de tener mil y un escusas para no dar el siguiente paso,
voy a suponer algunas razones, de las cuales no me distes, pero puedo considerar:
Tienes algún problema familiar,
Tienes miedo al compromiso,
Tienes miedo de repetir lo anterior,
Tienes miedo a no ser suficiente,
Entre otros que prefiero no hacer mención.
Recordaré ese seis de abril del dos mil veintidós, a las tres y media de la tarde,
dónde mi corazón sintió ser atravesado por un no se que,
provocando un dolor único, me duele, y no puedo describir eso,
decidí bajar la guardia, pero ante todo esto, no te puedo odiar, mucho menos desear el mal.
Voy a esperar, un tiempo, hasta sanar, espero que el día que sientas algo por mí, no sea demasiado tarde,
porque ese día probablemente yo ya no sienta nada de afecto por tí.
Pese a lo pasamos, decidí seguirte, no porque renunciará a mis convicciones, a mi escencia, decidí seguirte porque te amo, porque todo esto que siento es real, tomando en cuenta el motivo que me distes, la religión no es un impedimento, no lo único es que no encontraste a palabras para decir, Bladimir yo no siento lo mismo que tú, yo nunca te considere como compañero de vida, como el padre de mis hijos, principalmente no te considere lo suficiente para entregarme.
Al escribir esto, puedo concluir que no entre a tu corazón, que hay afecto, pero no amor sincero, no sentimos lo mismo.
Esto continuará, las lágrimas están ganado la batalla.
MARFRAM © 2022