Silvestr

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Hace un tiempo, por lo general 10 años, había un chavo serio y poco agraciado del rostro. Y si que era feo, tenía la barba de chivo y el rostro cubierto de granos y barros (debido a que en su pinche vida se había masturbado), llego a la escuela ese agosto, sentía un asombro y fascinación por los edificios. Le contaron que en esa escuela era reconocida por varias cosas: cultura, ciencias y deportes. No obstante, el chavo sabía que tan solo portar el uniforme lo llenaba de orgullo y tambien soberbia, ¿por qué no? Terminó el bachillerato, con maravillosos recuerdos, ya que lo que estudió se fue a la chingada, pero si examinamos este relato corto, nos damos cuenta que ya no tiene volcanes, tiene la barba un poco más delineada, es un galanazo y sabe escribir bien, no perfecto pero bien. ¡A huevo! XD