Amelia Suârez Oquendo

AMOR PERDIDO

Nuestros ojos se encontraban.  

Hondamente nos mirábamos.

Nuestras bocas se unían

y con pasión nos besábamos.

Nuestros cuerpos se juntaban.

Febrilmente nos tocábamos.

Así era nuestro amor.

Con locura más y más nos amábamos.

 

Un día de repente te fuiste.

Me quedé sola tu ida lamentando.

Mi  corazón se preguntaba

por qué lo estabas abandonando.

Intuía tu no regreso y yo

aunque quería no lo estaba calmando.

Después de tanto amarte

ahora estaba por tu amor suplicando.

 

Aprendí que soñarte era beber

dulce vino con un sabor amargo.

No fue el destino quien robó 

tu amor cometiendo un embargo.

Tu  Plantaste la semilla del adiós

con una falsa y egoísta proeza.

 

Aún hoy pienso en el ayer

alguna noche y  algún amanecer…

Y  desahucio con premura

toda idea que me haga padecer.

Sé bien que tu amor se volvió

bruma al perder su pureza.

 

Amelia Suárez Oquendo.