Como si tropiezos y pequeños carretes
de hilos, fragancias de romero, o caminos o senderos,
llenos de minúsculos resplandores
en lo incierto de una lluvia prometida
o en la laguna que todo lo advierte:
triturad, pues, la lamentación suficiente
del aire en su deriva, masacrad los pájaros
que excluyen el ambiente; yo, lejos de la
deriva fundacional, permaneceré atento,
como si, pequeños tropiezos, jerarquías
monumentales, expandieran sus enseres
de guadaña y cortina; que yo, sí, volveré
más tarde, para lamentarme por lo brevemente
ocurrido.
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