José Luis Barrientos León

Llegas con el viento

 

Abandonamos la timidez, al dorso del viento

que nos llevó por antiguas historias

por sutiles recuerdos,

entrelazando nuestros ojos con el paisaje

un pájaro libre que canta,

una llovizna que nos cubre mansamente

un árbol señorial que silva con la brisa

y de pronto una sensación de nerviosismo acercando las almas

 

Llegaba un aire fresco, audaz,

rompiendo las cadenas del miedo

llenándonos de atrevimiento

con el calor de los cuerpos que se acercan

despojándonos de lo que somos, de lo que éramos

de la coraza de soledad y arrepentimientos

que nos condenaban al espanto, al horror de las culpas

llegaba el aire fresco, y éramos valientes

liberados a la vida.

 

Nosotros, infrecuentes al amor

nos ocultamos entre sombras

acechados, encarcelados entre rejas de olvido

recostados en tumbas de sueños

que claman pesadillas y aflicciones

hasta que llega el viento, con su canto de esperanza

con el trino del ave que imagina el deseo

que grita entre nubes cantos y promesas

entregándonos el amor

que canta en libertad

como hálito anhelante

 

Llega el amor, en el lomo del viento

con su percepción de éxtasis

evocando caricias enroscadas de gozos

ocupando las almas, imaginando las brisas

que me trae tu aroma para clavarlo en mi pecho

derramando de urgencia, tu presencia a mi lado.

Llega el amor, y con él, tus manos, tu mejilla y tu encanto