Que quiero recorrerte en el próximo intento
y quiero nos mojemos bajo un sudor eterno,
tenerte aquí de vuelta tomándome la mano
para que me enamoren tus lindos ojos negros,
que quiero ver tu risa paseando por el apartamento
corriendo desvestida jugando a no ser mía...
que quiero recordarte que aquello que sentías,
ayer, incluso hoy día... a mí también me pasa,
Verte vestida es la mejor excusa
para imaginar tu desnudez
pues bajo la ropa que ostentas ilusa,
yacen el infierno, la pasión y el fuego,
entre tanto miro casi indiferente
aquellos rincones que tu piel asoma,
como aquel escote que a más de tu aroma
me regala un poco de tu ser ardiente,
y mis manos suben, bajan, por tu ropa,
ansiando tu piel y deseando ser boca,
soñando la miel que tu vientre derrama
al sentirte mujer, cuando se te ama.
Extraño el temblor que sin querer tu cuerpo
después del amor como final regala,
el abrazo eterno tras la gran batalla
en que nos unimos más allá del tiempo...
Aun verte vestida agita el pensamiento,
puedes encenderme sin lugar a duda,
y tan sólo espero nos llegue el momento
para poseerte... esta vez desnuda.
Ven píntame con un beso un horizonte cercano
y moja con mi saliva los ríos de tu añoranza,
y ciérrame los dos ojos rozándome con tu mano
y tu otra mano en mi pecho para sentir mi esperanza,
reclámame por las noches que lejos hemos estado,
enfócame en tus pupilas cuando la fe te sea poca,
y célame dulcemente aquello que no ha pasado...
que tengo miles de besos para taparte la boca.