Me advirtieron de aquel ser,
con piel de algodón,
cabellos de seda,
ojos de lucero,
me dijeron cree en ella
su alma es pureza
con aliento a cereza
que falacia presentada
el divino arte en museo
no miento al hablar de ella
su encanto como leyenda
me hablaron de fantasías
porque al tocar su cuerpo
la melodía de su boca
el sonreír del que roba el sueño
mentían al hablarme de ella
su piel no existía
en las madrugada la soñaba
de día la extraña
ahora ella es mi amada.