Te adoro mujer vanidosa
y pienso vencer tu arrogancia;
con esa sublime constancia
que tiene mi verso y mi prosa.
Se bien es misión peligrosa
tratar de traerte a mi estancia;
mas tengo experiencia y prestancia
en lucha de amor borrascosa.
Vencerte lo miro posible
con mucha paciencia y ternura;
que siempre el orgullo es falible
con lluvias de amor y locura,
que traen su llama intangible.
Autor: Aníbal Rodríguez.