alupego (Ángel L. Pérez)

LIBRANDO LA SIMA

LIBRANDO LA SIMA



Salta la trampa y no cae,

salva el foso con destreza,

y al creer en la promesa,

cae en el más profundo pozo,

y al no escuchar se distrae,

y al no mirar se tropieza,

y al ser su vida un esbozo,

distraído es fácil presa.



Fue sorteando los errores,

esquivando las sorpresas,

y embebido en los rencores,

fue olvidando las certezas,

y cayendo en la pereza,

obvió la naturaleza,

y la inefable tristeza,

parasitó los temores.



Del olvido que pasa y no deja,

al recuerdo de sutiles huellas,

se ha impregnado de vida,

se han rodeado las penas,

y extirpada la nefasta herencia,

se curó la imperceptible herida,

se fueron cerrando cicatrices viejas,

de las repetidas batallas internas.



No hay amor más grande,

como el de quien abre,

puertas y barreras,

de quien cede todo,

sin pedir a cuenta, ni una pizca,

ni una brizna de aire,

ni siquiera un óbolo,

sin pedir prebendas.



Ha driblado al monstruo,

de voraces fauces,

y saltado el muro que cegaba el ojo,

ha doblado el mundo,

para ver sus carnes,

y entre los despojos,

que se van quedando,

van naciendo híbridos de penas y gozos.



Amor en barbecho,

y contrahechos versos,

rimas sin voces ni acentos,

y fugaces pensamientos,

miradas de amores ciegos,

que ven la esencia en las almas,

y amores que emergen solos,

buscando lúcidos tiempos.



Y sentado en el dintel,

del pozo de los deseos,

quedó el pensante pensando,

sin saber lo que había dentro.



Angel L. Perez ®

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22/04/2022