Raúl Carreras

Luz hialina

Que no verte, porque oculta
tu presencia cristalina,
es presagio del martirio
y talud de la alegría.

Que a mis ojos, invisible,
aunque brille la lumínica
apariencia de tu porte,
los deniegas tus pupilas.

Que intangible te presentas
bajo el halo de tu nívea
aureola, de la efigie
que te muestra clara y nítida.

Que apareces y te velas
y resurges y me olvidas,
transparente a mis miradas,
fugitiva a mis caricias.

Que tu hermética muralla
es peñón de mis desdichas
si no alcanzo ni siquiera
a saber de ti en mil días.

Que en mi mísera existencia,
donde forjo las esquirlas
del crisol del corazón,
te requiero, luz hialina.