Ella, en lo grandioso, en lo fugaz, soñaba tener una vida libre pero a pesar de ese eterno deseo, su vida se limitaba en servir y esperar.
Pasaban los días, las horas... Miles de segundos y solo miraba por la ventana buscando la luz de la noche.
La llamaban loca, al querer soñar y por confesarle a la luna sus mas reconditos deseos
Quería conocer a alguien que la llenara de luz, que le enseñara de arte y sobre todo, que pudiera brindarle comprensión.