Hagámoslo sin medida,
si lo dicta el corazón,
aunque no tenga razón,
y me lo cuestionaría,
tener en sana armonía,
la razón y la conciencia,
ante tanta indiferencia,
que en el mundo predomina,
y la mente es una víctima,
de muchas grandes potencias.
Ya las ideologías,
una parte de la historia,
juega con nuestra empatía,
para hacerla ganadora,
y cómo un fan deportivo,
la defiende a toda costa,
o son los tiempos de ahora,
tanta manipulación,
lo que antes era imposible,
hasta se vuelve una moda,