Hoy, mi corazón
se ha vuelto un colibrí,
llamado con pasión
por el irresistible aroma
de tus flores, Amor.
Palpitando a mil,
se dirige a buscar
el néctar de la vida,
que en vasijas de sol,
silencioso cultivas.
Ha vuelto muy alegre,
sus plumas irisadas
expuestas a tu Sol primaveral,
dibujan la eternidad,
en un holograma mental.
No me di cuenta,
quizás por inconsciencia;
que en su plumaje de acuarela
venía como polizonte
polen de sementera.
Se paseó por todo mi jardín,
sacudió sus alas;
y como neblina mañanera,
en rasante vuelo,
sembró muchas estrellas.
Hoy, floreció mi corazón…
¡Feliz día de Amor!.
Cabalgan los fotones
de mi maravilloso Sol,
por las praderas, de mi corazón .