Tu cabellera es el refugio de la noche,
allí suele esconderse sublime tu suspiro.
Oh, tu cabello es el vocablo de un papiro
bruno entre sombras tácitas de la Cultura Moche.
Tu pelo son misterios por ignotas aceras,
tu pelo es el ensueño de un oscuro absoluto
que para dar la vida vistió su amor de luto,
allá, en Jerusalén. ¡Tal es tu cabellera!
Tus crespones son negros; parecen dos tristezas
que se enhebran a pausas en Santa comunión.
¡Oh excelsa! Tus cabellos son como exultación
de Esfinge nocturnal en su naturaleza.
Tu crin es la bondad que humillará en su nardo
el mal de Mefistófeles. ¡Tal es tu crin que guardo!
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David John Morales Arriola