El autor junto a su pluma, en el ocaso surge
Mientras su corazón sufre
Desenvaina la péndola en busca de acribillar su desasosiego
Y junto a la luna resurgen los versos esculpidos en el retumbe de su sístole
¡Osas buscar tu cálamo después de años en el olvido, pobre andariego!
Y es que el autor sufría, pero en la bebida se enaltecía…
“Los mejores aposentos de mi corazón están vacíos, porque esperan huéspedes a los cuales no se puede tratar de cualquier manera”, decía Federico, mientras bailaba en su psicosis tras la libertad de su lascivia
Y es que hedónica es la belleza, pero de quién se embelesa es de Sofia…
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche” decía aquel autor cuya musa ni existía…
¿Qué le toca entonces, al autor con la musa más homogénea e inasequible de su vida bohemia?
Puedo construir entonces, verso a verso la más palpable utopía
Que las calles sean de relva y los árboles embriaguen la noche de luz
Que la luna salga al alba y el sol ni exista,
que sea su pericia la que nos embriague al ocaso
Que la galena relate su semblanza en un crepúsculo eterno
Que se enaltezca su pálida tez mientras se emancipa de lo humano…
Escuchar sus relatos no me basta, pero es para lo que la devoción me alcanza
Guiarla de la distopía al albedrío, cuál vara de esculapio
Libre del marcapasos racional, comandada por la naturaleza del corazón
Ese es tu camino mi galena, mi preciosa galena…
Mi oxidada péndola no basta para describirte, Mi Cleopatra del Centenario
Los cimientos de tu ciudad te rinden mejor las cuentas
Mientras el Guayas corre por ti; y tú, sufres, la crisis de la medianía…
¿Realmente falta enaltecer tu belleza? Eso, lo distingue el guayaco en el amorfino…
El autor junto a su pluma, en el ocaso surge
Desenvaina la péndola para explorar los canales de tus neuronas
Y junto a la luna se forjan los versos, que al retumbe de la diástole, te rendirán pleitesía, mi galena…
Y al retumbar del galope, el autor se arrodilla ante la galena
Mientras su corazón sufre…Solo tú, mi galena
Solo tú puedes liberarle del suplicio de su diástole